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Foto del escritorMónica Dini

Cuando la realidad nos enfrenta a nosotros mismos


En los CTI pediátricos estamos sumergidos en una situación de trabajo y paranoia que hace difícil lo que hasta ayer era sencillo. En mi caso personal tengo la suerte de formar parte de un sistema donde se puede, hasta el momento, resolver con tranquilidad. Lo inevitable es la paranoia humana y ya a esta altura de pocos días, las rencillas internas derivadas del miedo de nuestros compañeros, ya han comenzado a hacerse presentes. Siento que estoy asistiendo a algo diferente y que dejará secuelas y enseñanzas, un quiebre de este mundo que ahora nos tiene virtualmente unidos y físicamente separados y seguramente sacará lo mejor y lo peor del hombre. En mi ha vigorizado la convicción de que nací para ser médico y amo estar en el frente y activa, otro tiempo será para mi la cuarentena y la introspección. Este virus a diferencia de otras pandemias tiene un genio diferente o el mundo globalizado lo transformó en una pandemia que atraviesa todos los aspectos de lo humano y quizás la enfermedad en sí misma sea el mal menor. El hoy me genera muchos más sentimientos que no se a veces como expresar. Me siento feliz de estar entre pediatría y el CTI pudiendo poner al servicio de los recién nacidos años de experiencia y de convivencia con médicos y pacientes argentinos y uruguayos. Los Neonatologos vivimos en un mundo de cuentos donde la medicina nos hace soñadores, y humanos, y empáticos con papás muy asustados que nos creen dioses. Pero esto tiene muchos componentes diferentes que nos pone a prueba más que como médicos como personas. Estamos también aprendiendo a educar virtualmente y a atender pediatría con video conferencia así que es muy novedoso y pasamos del miedo a lo nuevo, a ver cuantas consultas tontas hay que podemos resolver y evitar que los papás y los ni;os salgan de sus casas. Uno puede reinventarse genialmente en cualquier momento de su vida. Es maravilloso, Cuánta enseñanza esta situación tan transversal a la humanidad. Un beso que los argentinos somos besuqueros. Los virtuales no están prohibidos.


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