Los seres humanos en este siglo XXI nos hemos acostumbrado en su mayoría a un ritmo de vida laboral y personal con una alta sobre exigencia, no alcanzando las 24 horas del día para cumplir nuestros compromisos.
Dejamos relegada nuestra vida personal con los nuestros a un segundo plano. Queda escaso tiempo y de mala calidad para nuestros principales afectos, que son, en definitiva, quienes sustentan nuestro equilibrio y disfrute afectivo.
Esta pandemia ha obligado a la mayoría a permanecer en sus casas las 24 horas, sin salir prácticamente. Necesariamente se está dando en los hogares un redescubrimiento de los seres más cercanos con un inevitable intercambio directo potencialmente muy fructífero.
Pregunta: luego de la pandemia, ¿no deberíamos hacer algún cambio en este tópico con respecto a lo usual?.
El afán de “progreso” de la humanidad y los objetivos que se jerarquizan en ello, ha llevado a un deterioro del medio ambiente, con recalentamiento global, escasez de agua potable, contaminación, etc.
La cuarentena al ser humano impuesta por la realidad del Coronavirus, con cierre de algunas industrias, ha liberado al medio ambiente de muchas de nuestras agresiones cotidianas. Hay reportes de la mejoría de la contaminación de las aguas en lugares del planeta alejados entre sí, con retorno de animales a dichos acuíferos; disminución del “smog” de ciudades y mejoría del efecto invernadero. Más allá de la exactitud o no de cada uno de los ítems, es claro que, con el ser humano lejos y con disminución de su actividad en algunos sectores, el medio ambiente ha mejorado.
Pregunta: luego de la pandemia, ¿no deberíamos hacer algún cambio en este tópico con respecto a lo usual?.
El desarrollo de la humanidad, en muchos casos, ha puesto como centro a los que ostentan poder económico o político.
Hoy, en todo el mundo, se generan homenajes masivos espontáneos al personal de la salud (médico y no médico), trabajadores de los supermercados, de las farmacias, policías, militares, y otros; que cumplen con responsabilidad su servicio a la comunidad, asumiendo sus propios riesgos.
Pregunta: luego de la pandemia, ¿no deberíamos hacer algún cambio en este tópico con respecto a lo usual?.
El sistema político económico del planeta oscila hoy entre el capitalismo salvaje y el populismo desbastador, generando ambos el perjuicio mayor en los sectores más vulnerables.
Los políticos de nuestro país se reunieron en una única causa, sin distinción de banderas partidarias, para enfrentar una crisis inédita en los últimos tiempos: una pandemia potencialmente funesta asociado a una economía estancada.
Las primeras medidas económicas fueron de apoyo neto a los sectores más vulnerables: usuarios del MIDES y pequeñas y medianas empresas. Sin caer en demagogias con rédito político inmediato y consecuencias funestas a mediano y largo plazo.
Pregunta: luego de la pandemia, los políticos uruguayos y todos los uruguayos ¿no deberíamos hacer algún cambio en este tópico con respecto a lo usual?.
Dicen que las crisis sacan lo peor del ser humano, dividiéndonos sin jerarquizar ni premiar a los que reaccionan en forma positiva.
Más allá de los trabajadores ya analizados. Hay ejemplos en nuestro país y en todo el mundo de gente de otras actividades, humildes y no humildes, no involucradas directamente en el tema, que se ofrecen voluntariamente a colaborar. Así como héroes anónimos, como por ejemplo empresarios que se comprometen a sustentar transitoriamente con sus propios recursos para que no caigan PYMES o empleados dependientes de ellos, o vecinos que se encargan de atender a gente mayor en cuarentena.
Pregunta: luego de la pandemia, ¿no deberíamos hacer algún cambio en este tópico con respecto a lo usual?.
En el mundo moderno “vende” más la transmisión de una noticia mala que una buena.
Si uno mira el aporte de la gente bien intencionada en las redes sociales, se encuentra con aquellos que colaboran difundiendo y recomendando las medidas preventivas para acotar la epidemia en nuestro país, y aquellos que, con un admirable y rápido sentido del humor, satirizan sanamente la tragedia y nos dan el toque de humor necesario para sobrellevarla.
Pregunta: luego de la pandemia, ¿no deberíamos hacer algún cambio en este tópico con respecto a lo usual?.
Hoy muchas veces se jerarquiza el “te doy en la medida que recibo” y se preconiza una visión individualista del trabajo, o la difusión lo más amplia (en todos los sentidos) posible de lo que se hace en el trabajo.
En este párrafo, y, para terminar, me voy a tomar la libertad de referirme a mis colegas. Nunca estuve más orgulloso de haber tenido esta vocación a la que dediqué mi vida. Todos los médicos en actividad y el personal no médico de la salud, están más expuestos de una manera u otra al contagio que la población general.
Pero quiero jerarquizar a aquellos de más riesgo: infectólogos clínicos, internistas, neumólogos, y sobre todo aquellos clínicos (y personal no médico de la salud) que trabajan en las puertas de los hospitales, en las emergencias móviles o haciendo domicilios, y próximamente los intensivistas.
En mi trabajo tengo amplio contacto con todos. Veo a diario gente con familia, que trabaja, cumpliendo las medidas de protección, con compromiso, responsabilidad, entusiasmo, humor y silenciosamente, sin declaraciones altisonantes.
Ha empezado la pérdida de colegas en el frente de batalla, por la obligación de mantener cuarentena por contactos. Sin embargo, los que quedan cumplen estrictamente el protocolo, pero tratando de no abandonar el puesto, evitando “estirar” las indicaciones de cuarentena.
Para levantar el ánimo, en general se empieza el día (antes de empezar a ver pacientes) con algún chiste. Por ejemplo una frase que alude al Martìn Fierro: “No pregunto cuántos Coronavirus son, sino que vayan saliendo a pelear nomás..”.
Ante este trabajo intenso, altamente comprometido, silencioso y entusiasta:
Pregunta: luego de la pandemia, ¿no deberíamos hacer algún cambio en la valoración de este tópico con respecto a lo usual?.
Dr. Bernardo Layerle,
Cardiólogo, Internista
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